Sin duda a la hora de poner en marcha un negocio, la formación del empresario, y la que reciban sus trabajadores, va a marcar un punto de inflexión en el buen desarrollo de él.
Damos por hecho que el empresario, conoce la materia con la que va a trabajar en intentar rentabilizar, pero si necesita ayuda en forma de contrataciones, no le bastará con ver los curriculum e incluso hacer pruebas, tendrá que formar de forma específica a sus empleados, ya que cada negocio tiene que tener ese valor añadido que le dará sus recursos humanos.
Pues ya tenemos otra gran prueba para el empresario, aparte de haber acertado con el sector donde quiere emprender, el tipo de cliente al que quiere vender, la situación de su local, etc. Tiene que formar a sus empleados. Y la verdad es que ¿está capacitado de verdad para todo estas táreas?
En la fórmula de la franquicia, esto no tendría que ser un problema añadido, ya que la formación tiene que correr por parte del Franquiciador, tanto para el franquiciado, como para su plantilla, es más hay que exigirlo si no se da de manera correcta y efectiva.
En caso de acometer el negocio bajo fórmula tradicional, quizás lo mejor será acudir a profesionales que nos ayuden a formar a nuestros empelados.
No piensen que pagando el sueldo de manera rigurosa ya tienen a una plantilla bien formada y motivada. En juego está su CUENTA DE EXPLOTACIÓN.
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